ALGUNOS TEXTOS

TRAMAS DEL INVIERNO
-ASUNTOS ALREDEDOR DE UNA CASA DE HIELO-


1-INFANCIAS

Que la vida se teje con su propio material, a cierta altura, se nos vuelve una certeza.
De niña construía casitas. Me daban un enorme trabajo.
Recuerdo el ir y venir impetuoso con objetos diversos que podían estar tanto dentro de casa como en la esquina. Troncos, una silla rota, ladrillos, la puertita salida de una alacena, una manta gastada, una lata de pintura vieja. Todo servía para ese divino propósito que se llevaba mi entusiasmo al cielo.
La casita  iba definiendo paso a paso y material mediante su propio rumbo.
Al final quedaba lista. Delimitados sus espacios y aberturas. Embellecida con flores o dibujos en las “paredes”
Entonces yo entraba  para encontrarme con mi casa.
Me sentaba en el silencio de la siesta a vivir en ella. No hacia gran cosa, además solía estar cansada a esa altura. Solamente me estaba ahí esos momentos dejando que el mundo gire.
Y ahí nos quedábamos en ese encantamiento sin tiempo mi casa y yo. Flotando en el placer de tenernos.
Luego jugaba un rato, generalmente a cocinar con hojas y barro y a servir la sopa…
Después, inevitablemente, llegaban mis hermanos entrometiéndose o la gente de la familia reclamando objetos o empezaban en la tele los dibujitos que no me quería perder o la tarea de la escuela me reclamaba…
La casita se empezaba a desarmar,  a deshacerse a devenir otra cosa. Había que devolver objetos a la calle y barrer y tirar los restos de las comiditas. Todo se volvía molesto incordioso, un caos y no había de donde encontrar ganas para semejante momento.
Con el tiempo, se me fueron  borrando del recuerdo el entusiasmo del principio, y el desbande del final.
Pero lo que  queda brillando como si hubiera guardado la pura luz en una caja para siempre, es el placer de haber tenido mi casa esos instantes y habernos saboreado semejante intimidad.


2-SUEÑOS

Soñé que alguien (no pude distinguir quien) me regalaba una gran madeja de hilo. Yo agradecía y decidía hacerme una casa.
Una casa grande, espaciosa, que pudiera servir para hacer crecer el amor o guardar una familia. Niños, perros, vecinos,  abuelas que lleguen de visita con algo para el mate….
Que mi material fuera hilo no me parecía extraño. Al fin de cuentas mi familia era de tejedoras. Siempre anduvimos enredadas en piolines. Me ponía a tejerla.
El invierno se abría como una flor blanca y terrible y yo tejía a contraviento sin parar porque mi anhelo de Amor era más intenso que el invierno entero y apostaba a lograr esa casa como sea.
Poco a poco  iba apareciendo. Era espaciosa nomás, pero para el techo no me alcanzaba. No importa –me decía- tendrá un techo de estrellas para verlas moverse cambiando el dibujo del cielo en su transcurso.
Me preocupaban las paredes, sentía que debían ser mas firmes. Se me ocurría entonces llenarlas de agua, que helada mediante las engrosaran.
Pero no llovía en mi sueño, solo un fino rocío acariciaba apenas los hilos tramados de mi casa.
No sabía cómo hacer para que llueva.
Al caer la tarde, el viento  traía un canto frío  y yo me ponía a  repetirlo nota a nota hasta tenerlo, porque adivinaba que era la canción para traer la lluvia.
Entonces cantaba y cantaba hasta que mi casa se volvia una bella casa transparente, gota perlada de agua fría, campana al viento, casa de hielo que mi corazón llenaría de algo tibio y deseado.
Al llegar la noche descubría que la casa tenia su propio plan.
Se había dejado tejer por mí tanto como por la helada.
La casa cantaba y se movía suspirando cada vez que la luna la alumbraba, hablaba con el viento, jugaba con el aire su propio juego a pesar mío.
Yo me sorprendía pero muy pronto dejaba de importarme porque aparecía mi hombre.
Era fuerte y robusto -capaz de enredarse con jabalíes si hiciera falta- pensaba yo al verlo.
En esa casa vivimos nuestro amor. No teníamos tiempo para nada más, ni siquiera salíamos.
Nos amábamos intensamente, aprendíamos del juego del agua en sus transformaciones amaneciendo y atardeciendo en nuestra casa que embellecía  día a día como nuestro amor. Después teníamos una hija y la llamábamos Luna, porque brillaba como ella misma.
De noche la casa cantaba su canción de hielo, de astillas de agua y caireles al viento. Si no la oía, empezaba a temer que la helada se fuese y mi casa se deshiciera derramándose como un llanto. Pero la escuchaba y sonreía.
No tenia frío, mi hombre me abrigaba en una calma de puro bien.
Un día, finalmente, decidía salir.
Me encontraba con mi abuela y le contaba de nuestro amor y nuestra casa. Ella esforzaba la mirada de sus ojos gastados para lograr ver la casita que yo le señalaba.
-Es muy bella- me decía sonriéndome-
Después iba a comprar cosas para alimentarnos, me seguían varios perros  y me cruzaba con el vecino del lote aledaño.
-¿Vio que linda me quedó la casa?- le preguntaba yo a modo    de saludo
-¿Qué casa? -Me contestaba él-
-La casita de hielo-le decía yo- la que tejí, la que se ve desde su ventana….
-Yo no tengo mi casa cerca-decía el vecino- y jamás te conocí ninguna, siempre viviste así colgada del viento vos….¿qué casa podes tener?
Yo, entonces, me ponía a llorar y las lagrimas al caer, con el frío, sonaban a cristales quebrándose.
Miraba hacia la casa y la veía bella resplandeciente y helada. De pronto no la veía más, y solo era la  lluvia. Pero luego la veía otra vez…
Ahora ya no sé.
Ando con mi sueño tratando de entender si lo que vale es tenerse y dónde podría estar el documento de esa certeza…
Sé que hice mi casa. Sé que ese hombre me amo. Pero tal vez debí entender desde el comienzo que no eran gotas, sino lágrimas.
O será cosa del agua filtrándose en la coherencia de los sueños.
A mi casa se la llevó la luna…. y me la esta guardando…
Tramas del invierno en el hilo de la vida.
Ahora estoy aquí,  tratando de ver si estoy donde me cuentan…


3-DE AGUAS Y VIENTOS

¿La lluvia?... está demorada, no quiere caer.
Es por culpa del vientito ese venido de no se donde que la tiene enamorada, gorda, y llena de agua  dando vueltas por el cielo sin verterse nunca.
Así no es la cosa. Y no es que me ponga celoso yo…yo el gran viento del sur por un vientito puelche que sopla de vez en cuando. Pero siempre hay un orden….No se puede largar todo así nomás, sin atender los llamados.
-¿Eh?... ¿Que la llame yo?...
No… no se si pueda….No me animo a la posibilidad de su desaire….
La lluvia vive dentro de esa nube enamorada….tal vez hasta cada una de sus gotas me ha olvidado….
Aunque … quizás sea necesario cantarle un poco. No hay nada en este mundo que la conmueva más que un canto.
Y si de cantos se trata, soy de los más capaces…
Bueno….Acepto….Todo sea por traerla…

Hay algo en el aire de este lugar… ¿Se dieron cuenta? Algo suave, tibio, persistente como un anhelo venido de muy lejos….O será este invierno que desbarata los rumbos y acelera los procesos….

El de la lluvia es amoroso pero difícil…. convencerla de que se vuelva liquida, palpable, mojada… Le encanta su existencia de nube en el ritmo flotante del devenir…
Bueno… No será fácil pero todo empieza con un canto.


¡Amada lluvia mía! Ven. Regresa a jugar con tu viejo amigo el viento helado del sur!
Andaremos la noche juntos, como tantas veces,  hasta derramarte de amor y de alegría….Y tal vez…amada lluvia logremos demorarnos suspensos juntos algún tiempo antes de caer …Ven… Ven….Ven…

En la helada presencia de la noche algo llueve, cuenta y dice.

(si nuestra casa tuviera un techo escucharíamos el ritmo de su ser derramado).

4-UNA CASA

Dicen que nací de la unión de varios sucesos enredados como galleta de piolín y un regador….Todavía hay tanta maledicencia en el mundo…
Yo se que me trajo la lluvia. Y también el viento.
Tal vez alguien tejió algo con manos heladas o cantó persistentemente las palabras del sonido de las gotas hasta traer esa lluvia fecunda sobre mí, hasta lograrme…un regador…por favor….
Siempre se cree que la lluvia desarma, deshace y borra.
Pero también hay cosas que la lluvia hace….Ahora estoy aquí respirando.
Soy la helada casa del agua y del aire  y como sea que haya sido, nací para ser vivida.
Como un amor que debe vivir su amor, aquí estoy, lista para recibir, para esperar  y para ver llegar de lejos.
Mi corazón de invierno conoce de ciclos y finales pero… ¿a quién le importa si ya estoy preparando tu llegada? Para  oír tus palabras, para abrir las puertas, para que me desnudes sin apuro en cada rincón…
¿O acaso los pueblos nómades no arman y desarman sus casas? …¿Y los esquimales que también tienen casas de agua y ni siquiera las llaman “casas” sino otros nombres que dicen de lugares a donde pueden llegar los cuentos para poderse contar…?
A veces sin embargo tiemblo, tal vez de inquietud o de algo así como el temblor de una poesía….pero no me importa. Llegado el momento, y no antes,  me iré deshaciendo  gota a gota.
Mientras tanto canto como mil campanas soñadoras para alegría del viento, de los pájaros que se demoran en visitarme, para felicidad de los perros vecinos que se mueren de intemperie, para el calor de esas almas inquietas que no saben ya qué hacer con tanto frío…
Y sobre todo canto porque soy el regalo más loco que jamás  tuvo la luna…


5-VECINDADES 1

Soy la vecina más cercana. Toda la vida viví en el mismo lugar sin mudarme nunca y no por eso viví encerrada.
Y sobre la casa….tengo de los hechos mi propia versión.
Empecemos por aclarar que la condición de una casa jamás está en si misma sino en la dinámica del entrar y del salir….Eso es lo que cuenta….
Claro, siempre es mas fácil buscar culpables externos, como si una no fuera capaz de crear monstruos-jabalíes- capaces de arrancar la puerta de la propia casa….
El problema de ella fue ella misma.
A la casa no se la llevó nadie.
Fue ella la que se olvidó lo importante: la dinámica….entro-salgo…
No se acordó de la pertenencia a ese mundo mayor….No quiso salir y se olvidó de entrar….
La casa se la vivió toda, hasta la ultima gota y ella se dejó disolver completamente en el error….


5- VECINDADES 2

A mi la casa me tenía loco. LOCO
Todo el tiempo entraba y salía gente.
No se qué es lo que hacían allá adentro….vaya a saber
Varias veces me acerqué y no me animé a entrar….
La casa de noche cantaba, se la escuchaba de lejos….
Así que todos esos que andan diciendo que la casa
no existió nunca….que me lo vengan a decir a mi….ja…
Si me habré pasado noches escuchando como cantaba la casa….
A mi lo que me molestaba era que algo andan tramando allá adentro y no podía entender QUE.
¡Y los despelotes que armaban los perros! ¡Se armaba cada gritería!
Siempre que espiaba veía gente y gente, que entraba que salía que se movía de un lado a otro, que conversaban o tal vez…no conversaban y hacían otras cosas….quien sabe….La casa te dejaba ver pero….no del todo…. solo un poco….

6-PERROS

Estaba todo bien, nos habíamos puesto de acuerdo que la fiesta la hacíamos ese día.
Avisamos a los perros del otro lado del campo, se venían los de la estancia de atrás, estaban los del viejo del carro. Todos los perros avisados que teníamos la fiesta en la casa de hielo.
¿Y qué pasa?
Va y se mete el Milanga, que siempre hace lo que se le antoja, e invita al chancho jabalí.
Ahí fue todo el lío….
Se empezaron a pelear y se tiraban contra las paredes.  Encima alguien de la otra casa empezó a hacer humo y todos nos empezamos a relamer soñando cosas…
Y después la casa empezó como a llorar….
Yo me di cuenta y no sabia que hacer, los demás no me llevaban el apunte. Se armó un gran lío, en el despelote yo acompañé a los perros de la estancia que le tenían miedo al chancho jabalí
Y cuando me vine….
La casa ya no estaba….
Para mí que se la comió el chancho….

7- REGRESO

Dicen que llegado el tiempo hay que cumplir con el ritual de la nostalgia y regresar.
Es raro todo lo que pasó y no podria explicarlo con algunas pocas palabras.
Todo lo que se dijo, los diarios, los periodistas, los críticos de arte, las editoras, los fotógrafos, los psicoanalistas, los vecinos, el pueblo entero….
Me llamo a silencio y guardo la cantidad de cuentos que me llovieron encima….
Yo regresé pero no puedo decir que sea un ritual de nostalgia, me mentiría a mi misma para dejar contentos a los que todavía esperan lo previsible de la vida.
Encima, mientras caminaba mirando ese paisaje tan especial y conocido me tropiezo con algo que se me engancha en la alpargata….miro…. ¿y qué veo?.... un enorme rollo de hilo…
Me lo traje. Para algo va a servir.