Mi madre me
lleva a lo de mi abuela para que me cuide
Yo no quiero
quedarme. Me asusta un poco y no me siento bien
Mi madre se va
finalmente y mi abuela trata de quererme y lucha con ella misma para darme algo
parecido a un juguete.
Yo aprovecho y
le pido la caja.
¿La caja? -pregunta
ella y se transforma- ..la caja … no… Bue…
Finalmente me la
trae. Son muy pesadas para vos… -me dice
y sonríe con asco-
Yo la abro y
saco uno por uno los anillos enormes y acrílicos, brillantes y coloridos, pongo
a la luz los collares de cuentas y los vidrios relucen, hasta me veo en ellos…
Mi abuela se
cansa o no soporta y se va a dormir.
Yo me quedo sola
y como tengo la caja, estoy valiente
Saco todas las joyas,
las pongo en la mesa como una oferta y espero recostada en el respaldo de la
silla…
Tardan, pero yo tengo
paciencia. Y al final, tal como lo sabia,
llegan.
Son muchas las
brujas, todas parecidas a las amigas de mi abuela que se juntan a jugar al
poker. Son horribles pero codiciosas
No aguantan y me
sonríen falsamente con tal que yo las deje tocar las joyas…
De a poco se
enloquecen y comienzan a ponerse los anillos los collares los prendedores… y se
dan empujones atrevidos y se pellizcan, gritan y finalmente bajan de la mesa. Atropelladas
salen de la casa y avanzan a contraviento hacia la playa como borrachas
Yo las sigo con
cautela. Las dejo hacer (mi abuela duerme). Y espero.
Espero que se
metan en el agua para que se ahoguen con el peso de las joyas…
Cuando se ahogan,
yo les quito los anillos, los collares, los prendedores… y salgo rápido del
agua. Está amaneciendo, estoy emocionada, feliz…
Cuando el sol
aparece voy poniendo en la arena suave y tibia las joyas y me recuesto panza
abajo mirándolas… Parecen regalos…
Entonces suave
muy suave me pongo a cantar.
Canto hasta que
aparecen las haditas y las sirenas. Ellas se sientan a escucharme y yo les
arrimo los anillos para que los usen de banquitos y les hago rondas y calesitas
de collares mientras canto y canto…
Entonces llega
mi abuela. Casi las pisa, pero logran escapar. Mi abuela pone todas las joyas
dentro de la caja y me empuja hacia la casa.
Al llegar no me
habla, pero me mira fuerte.
Pone la caja en
la mesa ruidosamente y clava la cuchilla al lado
Cuando mi mamá me viene a
buscar me saluda haciéndose la buena